El primero que hice, entre la confusión de no saber cómo se hacen, el olor del chocolate, las arcadas queme estaban dando, fue horroroso:
Para hacer el segundo, me lo tomé con más calma, pero aún así lo pasé bastante mal. En cuanto hice los mandalas los tiré a la basura, porque no me había dado ninguna sensación buena al hacerlos, y porque de aspecto eran tan feos que no eran ni apetecibles para otras personas.
La verdad es que no me ha gustado nada hacer esta actividad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario